En el año 2018, la Fundación Don Juan de Borbón crea esta nueva sección de investigación musical, dedicada a la compositora segoviana María de Pablos (1904-1990), con el objetivo de dar a conocer su vida y las pocas obras que han llegado a nosotros. Fruto de los proyectos que se han realizado, la Fundación ha publicado en 2020 la biografía de María de Pablos por Pilar Serrano Betored y la transcripción de su obra de cámara. Pincha aquí para acceder a las publicaciones.

¿QUIÉN FUE MARÍA DE PABLOS?

María de Pablos nació en Segovia el 8 de noviembre de 1904 y pasó allí los primeros diez años de su vida. Era hija del matrimonio formado por Pablo de Pablos -funcionario de correos- y Manuela Cerezo. El domicilio familiar en Segovia era una casa situada en la Calle de Domingo Soto, número 1. En este hogar, María fue la mayor de tres hermanas y junto a ellas, Juliana y Trinidad, inició su acercamiento a la música, estudiando en esta ciudad sus primeras lecciones de solfeo y piano.

Casa familiar en la Calle del Mal Consejo, Segovia

María de Pablos

María de Pablos

La familia al completo se trasladó a Madrid en 1914 por motivos laborales del padre, al que destinaron como funcionario a la capital. Respecto a su formación musical, sabemos que, desde su llegada a la ciudad fue alumna del Conservatorio de Madrid y allí fue matriculada en las asignaturas de solfeo, piano, violín y armonía. Pronto destacó como alumna de esta institución, obteniendo los premios extraordinarios de armonía y piano en 1920, con tan sólo 16 años. Tras este brillante inicio, De Pablos se matriculó en la asignatura de composición en 1921, bajo la tutela del profesor y compositor Conrado del Campo.

Pero la formación musical no fue la única ocupación de María de Pablos en los años 20. Tanto ella como una de sus dos hermanas, Juliana de Pablos, compaginaron sus estudios musicales con la preparación de las oposiciones a Correos. De este modo, en el verano de 1926 María de Pablos ganó una plaza de auxiliar femenina de Correos.

Pese a tener garantizada ya una salida profesional, De Pablos continuó con sus estudios musicales, lo que prueba su afición e interés en formarse en este campo, consiguiendo el premio extraordinario de composición en el Conservatorio madrileño tan solo un año después de su oposición a Correos. En el verano de 1927, la prensa madrileña publicaba la concesión del premio, que consiguió gracias a dos partituras: Castilla, un poema sinfónico inspirado en un poema de Manuel Machado titulado “Fue en la época del Cid” y dividido en tres partes: 1ª La llanura castellana. 2ª El Cid parte a la guerra 3º La niña y el Cid. Y, Ave Verum, un Motete a 4 voces mixtas con acompañamiento de órgano, pedal, flauta, clarinete en sib, violín 1º, violín 2º, viola, cello y contrabajo.

El siguiente paso en la carrera de María de Pablos se produjo en la ciudad de Roma. En el verano de 1928, la compositora ganaba la oposición para la plaza por música en la Real Academia de España en Roma. María de Pablos fue la primera mujer pensionada por oposición de la historia de esta institución, siendo su predecesor inmediato el compositor Fernando Remacha.

Tras su primer año en la capital italiana, la compositora abrió su mirada a Europa. A principios de 1930, María de Pablos decidió ampliar su formación musical en el extranjero, una posibilidad que la Academia de España en Roma ofrecía a todos sus pensionados. En esta circunstancia, la segoviana eligió París y la École Normale de Musique para ampliar sus conocimientos musicales. En esta institución estudió bajo la tutela de dos de los más importantes músicos y pedagogos de la escuela francesa: Nadia Boulanger y Paul Dukas.

Tras esta fructífera etapa parisina, María de Pablos y su madre regresaron a Madrid inesperadamente, sin haber finalizado la duración de su beca en Roma y tras haber pedido un permiso de tres meses al director de la Academia. Tras varios meses de correspondencia cruzada con la dirección de la Academia, se materializó el abandono de María de Pablos de su beca en Roma.

Entre febrero de 1933 y 1934 María de Pablos trabajó como profesora sustituta en el Conservatorio madrileño. Sin embargo, su incipiente carrera como profesora se vio truncada muy pronto por una enfermedad desconocida iniciada en 1934, que le obligó a abandonar su trabajo como sustituta. Tras la Guerra Civil, María de Pablos pidió el reingreso en el cuerpo de Correos al que se reincorporó en 1939 y regresó, en calidad de alumna, al Conservatorio madrileño en 1941, matriculándose en asignaturas como Folklore, Estética o Historia de la música. Sin embargo, lo que pudiera parecer una reincorporación a la normalidad tras la Guerra Civil Española, retomando estudios de música y su puesto en Correos para mantenerse mientras quizá intentaba seguir abriéndose hueco como compositora, se convirtió en un final trágico y misterioso. María de Pablos fue ingresada en el Sanatorio Esquerdo de Carabanchel en los años 40 y permaneció allí como enferma crónica hasta su muerte en 1990.

Sanatorio

María de Pablos

Así la compositora terminó sus días en este sanatorio, viviendo con ello el truncamiento de una prometedora carrera artística. El legado que nos deja es su música, y esto son los títulos que, hasta día de hoy, conocemos:

Ave Verum (1927), Castilla (1927), Sonata Romántica (1929), Dos apuntes musicales españoles (1929-30), Siete canciones (1929-30), La cabrerilla (1934).

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