A mitad del siglo XVI, tras el Concilio de Trento, se inicia una nueva corriente ideológica en la que la Iglesia católica trata de reforzar dogmas como la Eucaristía y la Transubstanciación en contra de los preceptos impulsados por la reforma luterana. Se trata de potenciar esos conceptos, fundamentales para el catolicismo, adquiriendo especial relevancia la puesta en escena de liturgias como la celebrada en la Cuaresma, o Triduo Pascual. Estas ideas contrarreformistas también afectaron a otras materias como la música, intentando eliminar el canto polifónico y los temas profanos, decantándose por un tipo de música llana y directa que se adaptase al culto. 

Es en este momento cuando se establece todo un ritual en torno a recrear la Pasión y Muerte de Jesucristo en el que la imagen, a través de la pintura en tela o “sarga” y el montaje del “Monumento”, cobran protagonismo estimulando la Fe del creyente por medio de una representación casi teatral en la que interviene lo visual, a través de manifestaciones pictóricas, junto a lo sonoro, al alternar instrumentos de percusión, como son las campanas y matracas o carracas, para crear un contraste entre el sentimiento de duelo, ante la muerte de Cristo y de alborozo, con su Resurrección. 

A través de esta charla sobre un tema tan desconocido como es el de la pintura de sargas, se recordará lo que fue un ritual vivo entre la comunidad de fieles durante siglos, desde su establecimiento en el siglo XVI hasta entrado el siglo XX, que se expandió por cada rincón de la geografía de países mediterráneos con especial influencia en España y generó una serie de obras de arte hoy perdidas u olvidadas.